miércoles, 18 de julio de 2012

AMIA, la ética de la memoria y la justicia


No somos los mismos. Nunca lo fuimos y ahora tampoco. Nadie es el mismo. Nos cambian los acontecimientos, en ese lugar extraño en el que creemos que elegimos nuestros destinos, pero al mismo tiempo el destino o el azar nos elige. Nos eligen los hechos, en esa zona también difusa donde creemos poder construir sentido, pero al mismo tiempo los sentidos se nos imponen. Tal vez la libertad no sea más que la paradoja de liberarse de una atadura y encontrarse atado en otra. Nos atan los condicionamientos, en esa fisura abierta entre todo lo que nos va constituyendo. Abierta, porque nunca es definitiva y así vamos siendo lo que somos: la identidad nunca es última, sino que es un texto que vamos escribiendo, pero que al mismo tiempo otros nos escriben. Nos escriben los otros, a veces con su diferencia y a veces con su sangre. O nuestra sangre. O nuestros otros. Nos escriben las bombas. Nos escriben los muertos. Todos, de alguna manera somos nuestros muertos, esos escribas anónimos, pero sobre todo somos el modo en que su memoria escribe nuestro presente. Nos escribe. Escribas anónimos que nos alertan frente al monopolio de la historia y nos exigen una redención infinita. Los muertos vuelven a morir cada vez que una sociedad olvida, o peor, vuelven a morir cuando el olvido se vuelve indiferencia, ese abismo sin sentido que hace de la justicia una burocracia banal y de la representación un formalismo. Los muertos vuelven a morir cuando se esconden las complicidades, o peor, vuelven a morir cuando se hace de la memoria una contienda entre facciones. Nunca alcanza con pedir justicia por el pasado, sino se lucha por la justicia del presente. La memoria no solo tiene que ver con la verdad, sino con la ética. Y por eso el modo en que recordamos, en que homenajeamos, en que enseñamos, transmitimos, educamos, y sobre todo el modo en que decidimos conmemorar cada nuevo 18 de julio, es también una manera de construir memoria. Todo nos escribe. Quién habla y quién no habla. Quiénes organizan los actos y a quienes se deja afuera. Quiénes nos representan y quiénes no. Qué se dice, qué no se dice, quién pelea, quién no pelea, qué se recuerda, qué no se recuerda, qué se valora, qué no se valora. Todo nos escribe, nos guste o no nos guste…
Todo nos escribe, pero ¿a quiénes? ¿Quiénes nos estamos preguntando? No somos los mismos. Ser judío en la Argentina no es lo mismo desde los atentados. ¿Y ser argentino en la Argentina? ¿A quiénes escribe cada 18 de julio? ¿A quiénes escribe la memoria de nuestros muertos?: ¿a los judíos?, ¿a los judíos argentinos?, ¿a los argentinos? ¿De quiénes hablan los pilotes que aíslan a cada institución judía del resto de la sociedad?: ¿de los judíos?, ¿de los judíos argentinos?, ¿de los argentinos? ¿Todavía hay alguien que pueda separar tan taxativamente lo judío de lo argentino? ¿Y para qué? ¿Quiénes ganan y quiénes pierden? ¿Contra quiénes fue el atentado? ¿Contra quiénes queremos que haya sido el atentado? ¿Quiénes deberíamos recordar?

publicado en Clarín, el 18 de Julio del 2012

6 comentarios:

  1. Excelente! felicitaciones por tu análisis, y un comentario último cuestionamiento ,despues de escuchar las declaraciones de hoy de los damnificados en el atentado, acerca de estar vedados a hablar en el acto, será que nos escribe de ¿judíos contra judíos?

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  2. Magnífico relato. Hay ganadores? Lo humano avasallado, desmembrado, muerto, versus lo humano atravesado, integrado, vivo? Creo que en este dolor ni lobos, ni corderos ganan, es como una perinola en la que todos perdemos, aunque algunos imaginen que ganaron.

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  3. Desde que recuerdo he asistido a discusiones sobre los atentados como si estos hubiesen ocurrido en otro país, en otro planeta, en otra dimensión, como si no nos hubiese ocurrido.
    Cada año se esmeran en hacerse notar aquellos a los que el atentado no les ha ocurrido. Nada me asusta más que ver como ese relato se reformula como una espiral sin fin.

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  5. Dario, estuve viendo el capitulo de Modernidad de Mentira la Verdad y me surgio una duda con respecto a la Pos-Modernidad y la Modernidad.
    En la Pos-Modernidad hablas, en primer lugar, del fin de las grandes causas, y la lucha por las pequeñas causas, como por ejemplo las minorias, y usas de ejemplo a la comunidad Gay y su lucha por la igualdad.
    Ahi te preguntas porque se habla de Pos-Modernismo y no de una "condicion nueva de la existencia", lo cual traeria el termino nuevo/novedad al asunto, y se volveria a hablar de la modernidad. Coincido con tu vision, que por lo menos asi entiendo por tu programa, de que no existen tanto como "verdades" sino mas bien puntos de vista, perspectivas, etc.
    Ahora, cuando "la modernidad es la busqueda de la novedad" y la pos modernidad su agotamiento, y por ende no propone sentidos nuevos, por que otra vez, cae en la modernidad, es decir que la pos-modernidad esta estancada, o mas bien, no puede avanzar sino volver a retomar todo lo antiguo, no reivindicandolo, como seria volver a las "viejas costumbres". Ahora, en nuestro presente actual, tal vez el desencanto por los "grandes relatos", las utopias y demas se ve marcado por esto que decis, dogmas y etc. dejando lugar tambien a una re-modernidad? Una modernidad que no busca los grandes cambios, por que en realidad a habido en la historia una gran negacion hacia gran parte de lo nuevo? La cultura Gay, por ejemplo, que hoy en dia cada vez tiene mas lugar en el plano de los derechos, ha tenido siempre un lugar en la historia de la sociedad, desde hace miles de años, mas alla de que haya sido un lugar oculto o marginal. Es decir que no representa realmente algo nuevo, si no algo negado. No se podria pensar que la novedad en si no existe, si no que hay un punto de quiebre en que se naturaliza en la sociedad y se vuelve nuevo por ser transparente a ella, hasta quedar inmerso y volverse parte del pasado? Las nuevas tecnologias y avances tecnologicos, no son acaso nuevos? No representarian la modernidad? Es decir, un desplazamiento de lo "moderno" o los grandes relatos de lo social hacia lo tecnologico y las ciencias? Como podría haber sido la entrada a la modernidad un desplazamiento de lo nuevo desde Dios hacia El hombre? Lo digo porque vos hacias la aclaracion de que la sociedad le quedo "grande al hombre" (o algo asi) y talvez como la movilizacion necesaria dentro del nuevo mundo super urbanisado, donde todos buscan tener voz, donde todos tienen, efectivamente derechos, se vuelve casi imposible, los grandes relatos se escapan ahora de la posibilidad del hombre como motor, y se depositan en la creacion del hombre como motor de lo nuevo. Es decir, el artefacto, lo material, es el nuevo "superhombre", ya que es perfecto, a diferencia de nuestro ser.

    Te dejo mi mail por si queres contestarme:
    magdalena_fazzolari@hotmail.com

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